Pueden los cuentos de hadas rayar con la realidad? Nunca pensé que podría ser así, ni siquiera pensé que existiera algo como las hadas. Era una noche de Halloween cuando le conocí, había una fiesta en un parque a las afueras de la ciudad, era un hermoso bosque con pequeña vegetación que se abría en el centro para revelar un claro en donde se realizaban las fogatas, pero a la vez era un lugar lúgubre y misterioso; el perfecto escenario para lo que acontecería. Estaba sentada cerca de unos arbustos escuchando a mi ebrio novio gritar lo mal que iba nuestra relación y entonces me había cortado el dedo con un arbusto cuando intentaba levantarme del suelo y mientras miraba con que me había hecho el corte note una pequeña planta con flores violetas que estaba escondida a la sombra del arbusto, era pequeña y hermosa; cuando me inclinaba a tocarla mi novio empezó a burlarse gritando: ¡Mari que buscas se te perdió un duende o tal vez un hada?!, nunca pensé que lo que diría en ese momento cambiaria mi vida; había gritado que deseaba que tener a alguien que me valorará, respetará y amará y que no me importaría si fuera un hada un duende o conde Drácula. Estaba molesta, harta de los reclamos de mi novio y entonces el mundo se había quedado estático casi muerto, entonces le sentí, una presencia extraña que emergía de la noche detrás de mi, cuando me levante y mire vi al ser mas hermoso y extraño que pudiera imaginar, un hado. Él dijo: El trato esta hecho; me quede paralizada; él señalo mi dedo y dijo: La sangre lo ha sellado.
Como podía saber que había un hada cerca de aquella pequeña planta en donde unas gotas de sangre habían caído cerrando un pacto que no sabia que había pronunciado.
Así comenzaba una vida de nuevo; mi nueva vida, entre días de clases y trabajos en la universidad y noches de pasear por los lugares más maravillosos, escuchando el susurro del viento, el canto de la tierra, de las plantas, los animales, el universo completo era una maravilla que nunca había llegado a ver, no de la manera que contemplan el mundo los humanos, sino de la manera que la contemplan las hadas; pasaba de la realidad a un sueño y estaba feliz de tener a Syluviel a mi lado, pero no todo es para toda la vida me había dicho, la forma en que transcurre el mundo para los humanos y para las hadas es diferente y en algún momento se romperá el pacto.
Lo amaba y él a mí y el pacto seguiría vigente mientras pudiera conservar viva aquella planta donde el había estado aquel día que le conocí. Un día apareció de la nada mientras salía de clase, el mundo se detuvo y me quede paralizada, tenia sus manos cerradas y el dolor surcaba su cara; se ha roto había dicho. Mari, se ha roto el pacto. Abrió sus manos mostrándome aquella pequeña planta sin vida. Llore, sollocé y grite; como había podido ser tan descuidada?, Había pasado 3 días sin ir a casa por estudiar para los exámenes y la había olvidado, era lo más valioso en su vida; no la había regado ni cuidado y ahora estaba muerta, su pacto estaba roto.
Syluviel desapareció dejando un leve rastro de polvo de hadas, la pequeña planta marchita cayó al piso mientras sus hojas se quebraban. Y ahora ella estaba ahí de nuevo en el bosque, 5 años habían pasado juntos y 5 años llevaba buscándolo, no le importaba si tendría que surcar cada uno de los rincones de todo el mundo, le encontraría, juró que lo haría, por que aunque el mundo de las hadas y los humanos fuera diferente, había algo que no cambiaba para ella, no le importaba si gastaba su vida entera, no importaba cuantas veces recorrería los mismos lugares que habían visitado; le encontraría, así seria.
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