Tras la pérdida de su mujer Sadhbh, Finn Mac Cumail ya en su madurez, decidió casarse de nuevo con la hija del Alto Rey de Irlanda Cormac Mac Art; a Grainee no quería, pero se vio obligada a obedecer a su padre y contraer matrimonio por razones políticas. Cuenta la leyenda que en el mismo banquete de bodas ya le echó el ojo a un apuesto guerrero, un tal Diarmuid, que había sido bendecido por el dios del amor Aengnus Óg, lo que le permitía poder elegir entre todas las mujeres porque todas se sentían irremediablemente atraídas por él.
Gráinne supo enseguida que aquel galán iba a ser para ella esa misma noche. Así, con la complicidad de su dama de compañía, hizo echar discretamente una poción en todas las copas para dormir a todos los comensales, salvo al bello Diarmuid. Cuando todos cayeron en un profundo sueño, Gráinne se acercó a él, provocándolo descaradamente. Diarmuid era un guerrero de la Fianna, el ejército de Finn MacCumhail, y no podía traicionar a su señor, así que la rechazó.
Pero Gráinne insistió, y llegó a amenazarle con acusarle ante todos de haberla atacado y violado: “¿A quién creerán? ¿Quién dudará de la palabra de una novia en su noche de bodas?”. Diarmuid tuvo que rendirse y aceptó huir con ella al bosque, mientras esperaba encontrar alguna salida a este acoso.
A la mañana siguiente, Finn descubrió que su esposa no estaba y, tras enterarse de todo por la confesión de la dama de compañía, juró venganza y ordenó a la Fianna perseguir a la pareja. La persecución duró siete años, y se extendió por toda Irlanda y parte de Escocia. Durante todo un año, Diarmuid resistió a las provocaciones sexuales de Gráinne, con la intención de devolvérsela virgen a su marido. De hecho, en todos los lugares donde acampaban dejaba signos acerca de la virginidad de Gráinne (ropa blanca intacta, carne sin empezar, una hogaza de pan sin tocar, un jarro de vino intacto…).
Pero no pudo aguantar más Diarmuid, y un año después cayó en la tentación para regocijo de Aengus Óg. Él había ayudado a los jóvenes fugitivos, entregándoles una capa de invisibilidad y una lanza mágica, con las que lograron salvarse en varias ocasiones.
Al final, Finn se rindió, los dos amantes dejaron de huir, tuvieron cuatro hijos y llegaron a reconciliarse con Finn, que les permitió regresar a Tara. Pero Finn había jurado buscar venganza cuando se diera una oportunidad. Así, cuando, durante una cacería, un jabalí corneó a Diarmuid, que quedó gravemente herido, y la Fianna reclamó el auxilio de Finn (que poseía la capacidad mágica de curar las heridas con agua que, en sus manos, se convertía en bálsamo milagroso), éste supo aprovechar su oportunidad.
Sin negarle el socorro, pero, tropezando a mitad de camino cada vez que había recogido agua de un manantial, hasta en tres ocasiones, dejó pasar el tiempo hasta que a su rival se le escapó la vida. La convicción de que Finn había dejado morir a Diarmuid cayó como una losa sobre la Fianna.
Gráinne regresó con Finn, pero éste pasó sus últimos años atormentado por los celos, imaginando continuamente a su esposa en brazos de otros guerreros más jóvenes que él. Sin duda, Finn ya no era el que había sido y un día, intentando cruzar de un salto el río Boyne, no alcanzó la orilla y pereció en sus aguas. Tras un año de luto, Gráinne volvió a casarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias x dejar tu comentario...