Poema Las Hadas de Ricardo Jaimes Freyre
Con sus rubias cabelleras luminosas,
en la sombra se aproximan. Son las Hadas.
A su paso los abetos de la selva,
como ofrenda tienden las crujientes ramas.
Con sus rubias cabelleras luminosas
se acercan las Hadas.
Bajo un árbol, en la orilla del pantano,
yace el cuerpo de la virgen. Su faz blanca,
su faz blanca, como un lirio de la selva;
dormida en sus labios la postrer plegaria.
Con sus rubias cabelleras luminosas
se acercan las Hadas.
A lo lejos por los claros de los bosques,
pasa huyendo tenebrosa cabalgata,
y hay ardientes resoplidos de jaurías
y sonidos broncos de trompas de caza.
Con sus rubias cabelleras luminosas
se acercan las Hadas.
Bajo el árbol en la orilla del pantano,
sobre el cuerpo de la virgen inclinadas,
posan, suaves como flores que se besan,
sus labios purpúreos en la frente blanca.
Y en los ojos apagados de la muerta
brilla la mirada.
Con sus rubias cabelleras luminosas
se alejan las Hadas.
A su paso, los abetos de la selva,
como ofrenda tienden las crujientes ramas.
Con su rubia cabellera luminosa
va la virgen blanca.
Entrelacemos nuestras almas
y bailemos al compás de la música ,
hoy la vida nos premia
y prende los ímpetus en llamas
convirtamos nuestros mundos
en hermosas melodías encantadas
entre árboles de fresno,
cobijados por sus ramas
hogar de hadas y duendes saltarines
entre verdes torbellinos y claros manantiales
derribar en miles de fragmentos,
tu corazón amurallado de alabastro
enterrando para siempre la utopía
de distancia y realidad.
Cuando las sombras emerjan
y el día termine su jornadaEl titilar de las estrellas alumbrará
nuestros cuerpos eclipsados,
abracémonos a la magia
y seducción de la mirada,
humedece tus labios en los míos
agrietados, en sequía,
en un beso apasionado
de naranjo y miel
bajo la luz de sentimientos mutuos
en un ritual de fascinación.
Ven, amor,
y abrázate a mi pecho sin temor,
a este vuelo en medio de la nada
y cubre mi cuerpo con tus sueños
entre destellos mágicos y colores
escoltados por elfos y por hadas.
Ven amor…
Mi dulce y eterno embriagador
de historias sin medida.
Conquistemos esta quimera,
buscando una razón,
un fundamento a la pasión,
en una espiral de lirios y poesía.
Con la mirada limpia
bebamos de este manantial
dejando la rutina en el desván
La desidia y el rencor
se fundirán nuestros cuerpos
entre valles, y amarillos pastizales
encontrando al fin el apacible
principio del amor
Qué hermosa entrada, poesías preciosas!
ResponderEliminarBesitos
gracias!!!! besos a vos tb..
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